Como colaboradores de MAPFRE VIDA, os proponemos realizar una “planificación a medida”, estudiando las distintas alternativas de ahorro a largo plazo que mejor se ajustan a vuestras características (edad, ingresos anuales, base de cotización, vida laboral, situación familiar…):

Planes de Previsión Asegurados (PPA)

Los PPA son seguros de vida destinados a constituir un capital, que se percibe en el momento de la jubilación. Su régimen jurídico y fiscal se asimila al de los planes de pensiones  (flexibilidad en las aportaciones anuales, desgravación fiscal en la declaración de la renta reduciendo la base imponible, posibilidad de traslado a un Plan de Pensiones o entre gestoras) y su funcionamiento y características también son iguales. La diferencia entre los dos productos es que el PPA ofrece un tipo de interés garantizado. Por lo tanto, “no” existe posibilidad de perder el capital invertido y se puede rescatar en caso de enfermedad grave, desempleo, fallecimiento o invalidez.

“Consideramos que estos productos son adecuados para inversores conservadores o a los que les resten cinco o menos de cinco años para jubilarse”:

Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS)

Los PIAS son seguros individuales de ahorro a largo plazo, cuya finalidad es ir pagando primas para constituir una renta vitalicia asegurada, que podrá percibirse a partir de una edad señalada en el contrato.

Cuando se cobra la prestación como “renta vitalicia”, los rendimientos generados están totalmente exentos de impuestos, siempre que el cobro de la renta empiece como mínimo diez años más tarde que el pago de la primera prima; que el tomador del seguro, asegurado y beneficiario sean la misma persona; y que las primas pagadas no superen, por un lado, los 8.000 euros anuales y, por otro, 240.000 euros en total.

Otra característica diferenciadora de los PIAS es que su disfrute no está ligado a los supuestos de jubilación, incapacidad laboral, fallecimiento y gran dependencia, como ocurre en los planes de pensiones y en los PPA y se obtiene liquidez a través del rescate, disponible desde el primer año total o parcialmente.

“Además tienen la ventaja de que según la edad, se obtienen una mayor exención fiscal, si se recupera como renta vitalicia”.

Planes de Pensiones

“El principal atractivo del plan de pensiones es fiscal  y solo cuando el saldo neto con Hacienda es a pagar en la declaración de la renta”.  Las prestaciones tributan como rendimientos del trabajo personal en el IRPF, que actualmente tiene una base imponible de entre el 24,7% y el 52%, salvo en algunas comunidades como Cataluña, donde alcanza el 56%.

En lo que respecta a las aportaciones, estas permiten a los ahorradores beneficiarse de una reducción en la base imponible de IRPF, con límites. Existen dos topes: uno cuantitativo y otro porcentual, y se toma como referencia el que primero se alcance. En el cuantitativo, el máximo deducible son 8.000 euros anuales. El límite porcentual es la cifra equivalente al 30% de la suma de los rendimientos del trabajo y las actividades económicas. La rentabilidad de las aportaciones no está asegurada y se pueden rescatar en caso de enfermedad grave, desempleo, fallecimiento o invalidez.

Existen planes de pensiones diferentes para que se pueda elegir el que más le convenga, según su tolerancia al riesgo, los años hasta su jubilación y el tipo de activo en el que desea invertir. Además, si con el paso del tiempo sus circunstancias personales fueran distintas, podría cambiar de un plan a otro en cualquier momento a a un PPA, sin coste fiscal alguno.

Seguro de Jubilación

Son seguros de vida mixtos, es decir, combinan una prestación en caso de muerte y otra en caso de supervivencia. La prestación se puede recibir en forma de capital, renta temporal o renta vitalicia.

No existen límites para el importe de las primas aportadas y tienen liquidez absoluta, aunque las entidades aseguradoras cobran gastos por la desinversión anticipada. No hay que esperar a los 65 años, ni a que pase ningún plazo determinado, para poder recibir la prestación.

Fondos de Inversión

Los expertos coinciden en que los fondos de fondos, son los productos más atractivos para diversificar y rentabilizar los ahorros. Se adaptan al perfil de cada inversor y el abanico de productos va desde los más agresivos a los más conservadores. En cuanto a la fiscalidad, sólo tributan cuando se reembolsan si se obtienes plusvalías (no mientras se están invertidos) y siempre sobre la escala impositiva fija de la base del ahorro, que actualmente asciende al 19% por un importe de hasta 6.000 euros de beneficio, al 21% del beneficio comprendido entre 6.000 a 50.000 euros y del 23% del beneficio que supere 50.000 euros. Los traspasos entre fondos no tienen tampoco peaje fiscal alguno.